Una decisión difícil

Todo el mundo sirve para algo o por lo menos eso es lo que dicen, lo complicado es encontrar el camino y saber si se ha elegido el correcto.

Cuando se está finalizando el bachillerato los estudiantes nos encontramos con multitud de dudas que deben ser resueltas a corto plazo ya que al empezar el último curso del bachillerato nos empiezan a recomendar que vayamos aclarándonos en lo que próximamente elegiremos en las opciones proporcionadas a lo largo del curso.

Al principio esto es complicado ya que no todo el mundo tiene una vocación, por lo que hay que valorar las aptitudes de cada uno y descartar opciones. Para ello hay que tener en cuenta diversos aspectos como por ejemplo pensar en las asignaturas que han sido más llevaderas durante el bachillerato. Lógicamente no es recomendable que se elija una carrera en la que todas o la mayoría de las asignaturas impartidas no son compatibles con las habilidades de la persona (en mi caso no se me habría ocurrido elegir una carrera dedicada a los números ya que se me dan mejor los idiomas).

Una vez que el alumno tiene claro lo que se le da mejor ya puede ir mirando y comparando las opciones que se encuentran entre lo que le gusta o cree que se le va a dar mejor, yo me decanté por una filología por lo comentado antes, no soportaría una carrera de números ni que se impartiera alguna asignatura relacionada con ellos.

Por último elegí filología inglesa porque en mi opinión el inglés abre muchas puertas en el futuro ya que es impartido en todo el mundo y su uso está en todas partes (tecnología, negocios…) además de eso tambén me gusta aprender idiomas y me gustaría dominar mas de uno.

Ahora solo espero haber elegido la opción correcta y no arrepentirme de ello.